5 claves para la comunicación interna en entornos híbridos - Motiva
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5 claves para la comunicación interna en entornos híbridos

Escribimos para vos: compartimos notas, tendencias y reflexiones acerca del mundo de la comunicación interna.

Los entornos híbridos, mix de presencialidad y teletrabajo en porcentajes diversos y siempre cambiantes, se han convertido en la desafiante nueva normalidad en tiempos de la pospandemia para casi todas las organizaciones, aunque mucho más para las privadas que las públicas, lo que exige repensar la comunicación interna en un mundo cada vez más definido como BANI y ya no tanto como VUCA, Quebradizo (Brittle), Ansioso (Anxious), No lineal (Non-linear) e Incomprensible (Incomprehensible).

Aunque podría parecer así, lo híbrido posee características propias, singulares, no se trata de una mera síntesis de lo mejor del teletrabajo y lo mejor de la presencialidad. Este estatuto laboral complejo demanda una comunicación interna que no solo proponga nuevos contenidos y novedosos medios para comunicarlos, sino sobre todo una planificación estratégica nacida de una comprensión diferente y más profunda de cómo se ha transformado -y de manera radical- esa actividad esencialmente humana que todos realizamos a diario: trabajar.

La clave principal para que estos «lugares» híbridos de trabajo funcionen realmente es la capacidad de las culturas organizacionales para construir vínculos entre los colaboradores, en primer lugar, y dejar para una segunda etapa todo lo relacionado con los aspectos más técnicos y mecánicos de las tareas que realizan. A continuación se presentan 5 claves para la comunicación interna en entornos híbridos.

1. La comunicación interna debe promover la experiencia empleado.
Esta experiencia es decisiva en un escenario en el que los equipos de trabajo no siempre se vinculan en un mismo espacio físico, o ni tan siquiera en un espacio físico, lo que puede traducirse en un descenso del nivel de socialización, engagement y, en consecuencia, en un descenso tanto del nivel de productividad como de eficiencia.

2. La comunicación interna debe poner el foco en el reconocimiento del colaborador.
Con cada vez menos personas vinculadas físicamente, resulta decisivo poner el foco en el reconocimiento de los colaboradores, lo que implica generar procesos al respecto, pero no tan solo un reconocimiento por parte de los directivos o mandos medios sino también para un reconocimiento de igual a igual, un reconocimiento público por parte de sus pares, lo que sin duda representa un gran desafío en entornos híbridos.

3. La comunicación interna debe debe priorizar las comunicaciones móviles.
La generación Z y los millennials suponen un poco más de un tercio de la actual fuerza laboral, están completamente familiarizados con la tecnología y en gran medida dependen de sus dispositivos móviles para trabajar. Si la comunicación interna aspira a llegar a esos públicos e involucrarlos cognitiva y emocionalmente deberá incorporar soluciones de tecnología móvil acordes a sus preferencias y hábitos.

4. La comunicación interna debe ser cada vez más visual.
Con YouTube como el segundo motor de búsqueda más popular del mundo, las imágenes son cada vez más importantes como medios de comunicación y -de hecho- los colaboradores perciben antes y mejor esas imágenes y se involucran más con ellas que con la palabra escrita.
En el nuevo contexto tecnológico lo visual y lo digital se encuentran estrechamente relacionados, por lo que la comunicación interna debiera diseñar tanto sus medios como sus soportes en función de la comunicación visual, ya sean intranets, cartelerías digitales, aplicaciones de mensajería, redes sociales internas u otros canales digitales.

5. La comunicación interna debe articularse en torno a un nuevo ecosistema de canales.

Esos canales han de ser de al menos tres tipos, tanto en función de sus contenidos como en atención a las características de los vínculos que promueven: informativos, participativos y colaborativos.

Si la comunicación interna es el gran proceso facilitador de la gestión del cambio en las culturas organizacionales, deberá cambiar también ella misma para seguir cumpliendo esas funciones de manera eficaz en entornos híbridos, tan complejos como entusiasmantes.

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